domingo, 20 de junio de 2010

2010 años despues

Desde pequeño mi padre me enseño a sentirme orgulloso de mi país, a respetar a mis mayores y sobre todo a aquellos que toman tiempo de si para enseñarme cosas, a educarme y a llenar mi cabeza con más conocimientos.

Hoy, después de estas elecciones, me he sentido muy mal. Lo confieso, soy Uribista, vote dos veces por Uribe y no me arrepiento, para mí él es el mejor presidente que he conocido, y mi mamá dice que fue más bueno que Rojas Pinilla (Para mi mamá, este fue el mejor presidente hasta Uribe). El problema de Uribe, "sus colaboradores", malos ministros, malos subordinados, etc.

Aun así, no creo que sea bueno para una democracia tener tanto tiempo a un hombre en el poder, ya lo hemos visto con Perú en años pasados y ahora con Venezuela y nuestro "querido" compañero Bolivariano "Hugo Chávez Frías".

Como diría Batman en "El caballero de la media noche", (Muere rápido para ser recordado como un héroe o vive lo suficiente para ser recordado como un villano). No estoy diciendo que Uribe deba morir, nunca y Dios no lo quiera, pero, es bueno retirarse como los futbolistas, en la gloria de sus años y no terminar como un mal jugador.

Ahora, tuvimos la opción de escoger un buen camino, la seguridad democrática no cumplió su objetivo, pero si logro que este país se pudiera de nuevo recorrer con un poco de menos miedo, pero, la guerrilla no es nuestro único enemigo, para mí, en mi opinión personal, el peor enemigo de Colombia y de la mayoría de los países en desarrollo, es la corrupción, esa que se roba la plata de los puentes, de la salud, de la educación, de nuestros jubilados, etc., esa que se va por un tubo para Ingreso seguro, esa que tanto nos quita.

Ahora, un hombre en el cual confío, un hombre que cambio una ciudad, que cambio a Bogotá, que la hizo grande, que hizo que nosotros los de provincia nos gustara ir a verla, bonita, ordenada, amable (Ahora se la tiro Samuelito), ese hombre que lo logro educando a la gente, ese hombre que acompañado de Fajardo, otro gran líder de otra gran ciudad, que nos enseñó la cultura metro, que nos mostró lo grande que es Medellín, lo bella y ordenada que es, esos hombres quería cambiar la educación de nuestra patria.

Pero este es un país donde le damos más valor al Sicario católico que bendice sus balas antes de dejarlas en la cabeza de alguien (Pero es católico), que a un hombre criticado por sus convicciones religiosas pero que para él lo más sagrado es la vida, es increíble, si miramos a Mockus es mucho más católico que aquellos que se dicen profesar esa religión, ser católico es muy fácil, es solo esperar a que la mamá y el papá lo bauticen, la fiestita de la primera comunión si se puede y la confirmación, toda una fiesta, ¿pero para qué? Si no lo practicas, si no conoces tus deberes y derechos, solo un miedo completo a Dios, entonces digo, creo en Dios porque me da miedo.

Se debe creer en Dios, creo en Dios, pero no creo en las religiones del hombre, debemos llevar a Dios en nuestro corazones, no en tantas luchas que desangran a tantos países, el terrorismo moderno nace del amor a un Dios, un Dios que debemos respetar, pero no a los hombres que toman acciones negativas y bárbaras en nombre de ese Dios (Dios, Ala, Buda, lo que sea, todos son igual de buenos).

Volviendo a mi Colombia, al final quedaron dos campañas, una verde y otra uribista (Sigo siendo uribista, pero no comulgo con Santos), la verde empeñada en mostrar que desean cambiar este país con educación, mejorando los colegios, creando más bibliotecas, educando a los jóvenes y niños para no tener que reprender y castigar al futuro adulto, creando oportunidades, luchando contra la corrupción, esa era la campaña verde en resumen.

Pero, como este es un país que aún no ha salido de la patria Boba (Y eso que tenemos orgullosos 200 años de independencia española, porque una tenemos un tío Sam que nos domina), un país donde los rumores pueden más que una buena campaña, donde le creemos más al chisme de las cosas malas de la campaña de Santos sobre la del partido verde, donde todo lo que oímos en la calle no lo tragamos, porque el chofer de bus sabe más que los noticieros, porque la calle es donde está la verdad, pero como tenemos espíritu de protagonista de novelas nos creemos todo sin investigar, y creemos más en una campaña que habla mal, que crear rumores sobre su contrincante en lugar de decir realmente que van hacer de nuevo por el país.

Los verdes, hasta el último minuto fueron limpios, no hablaron mal de la campaña de Santos, lo único que hablaron era la verdad, por ejemplo, el caso de familias en acción que se usó como método de presión para obligar a la gente a votar por santos.

Toda la campaña de santos fue solo hablar mal sobre la de Mockus, a crear rumores, y como ellos si tomaron todo el dinero que les dio el gobierno para su campaña (No como Mockus que devolvió la mitad) ellos contrataron a JJ Redon, experto en rumores y claro, este señor lleno la radio, la televisión y mejor aún, las calles de Colombia con rumores (Mockus, el Ateo, el pedófilo, el que extraditara a Uribe, Mockus el moustro)

En estos momentos me acuerdo mucho de un capítulo de la "Tele", ese programa de Martin de Francisco y Santiago Maure, producido por Carlos Vives "Hay que orgulloso me siento de ser un buen Colombiano".

Preferimos a un hombre que se ganó su fama de buen ministro de defensa a punta de Falsos Positivos, un hombre que ha mentido muchas veces en televisión, y, aun así, preferimos a este hombre que una persona que nos traía buenas esperanzas para nuestro futuro, para nuestros niños, nuestros ancianos, un hombre que quería transformar a Colombia con cultura, no con balas.

 

Ahora, 2010 después, volvimos a escoger a Barrabas.

Colombia, el país que merecemos.