miércoles, 21 de enero de 2009

Culpable y Convicta

Javier Calaramo, hermano de Calamaro, poco conocido por estos lares del norte de Sur America, pero, para mi, tal vez con mas talento y voz que su hermano.

Dejando atrás su pasado con Los Guarros, el exitoso grupo que lidero durante casi diez años, que fue elegido en reiteradas ocasiones para compartir estadios con artistas como Prince, Guns & Roses, Joe Cocker, Brian May y The Cult, Javier Calamaro reapareció en 1998 con una nueva faceta.

Luego de una gira por Córdoba, que marcaría el inicio de su carrera como solista, en 1998 firma contrato con Sony Music y lanza su primer álbum, Javier Calamaro y su orquesta pirata presentan VILLAVICIO, tango, tango, tango casi hecho rock, tango y esta canción que me hace sentir hasta ganas de beber por la muerte de Gardel, “Por que te fuiste Carlitos?, por que?”.

Dolor expresado en palabras, en letras, en acordes, dolor puesto en una canción, con una imagen sonora de una botella de vino argentino o aguardiente colombiano para pasar este dolor.

Olvidate de mí, Quiero borrar tus huellas de mi cuerpo y desaparecer

Y seré el más dulce veneno que lleves marcado a fuego en la piel

Pero antes de partir desterrame de tu corazón

Cuántas noches que perdí encerrado en mi cárcel de huesos

después de 1000 besos me hundiste el arpón.


Sigo macerando la anestesia y la entierro en mi cabeza mientras gana la ansiedad

y en la vigilia vuelvo a gritar:

culpable... convicta, no vuelvas!


Y en la noche cómplice y verdugo ella vuelve y la garganta se hace un nudo

y ya no puedo respirar mientras la lluvia canta para mí:

sabes que el amor te mata.


Qué triste es el final el funeral de aquel sueño dorado

El cuento se acabó

Desperté con los ojos vendados perdido en el Valle de la Decepción

Ya se apagó la luz de tu virtud

no queda ni un retazo bajo este manto gris

y al volver no encontré mis pedazos

y escucho a la lluvia cantar para mí...


Sigo macerando la anestesia y la entierro en mi cabeza mientras gana la ansiedad

y en la vigilia vuelvo a gritar:

culpable... convicta, no vuelvas!

Y en la noche cómplice y verdugo

ella vuelve y la garganta se hace un nudo

y ya no puedo respirar

mientras la lluvia canta para mí:

sabes que el amor te mata.



Las guerras continuarán existiendo mientras el color de la piel sea más importante que el de los ojos. - Bob Marley

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