jueves, 3 de junio de 2004

A mis madres

Santiago de Cali, mayo 9 de 2003.


En alguno de mis sueños desperté dormido en el futuro, en el día de mi muerte, en el día de mi fin como mortal, y llegue ahí, al sitio donde se define que serás y en donde estarás el resto de tus siglos, donde mi comportamiento en la tierra será premiado o castigado, llegue ahí donde termina el túnel, donde la luz blanca se termina, donde esperaba que San Pedro me recibiera, pero no fue así, no llegue al paraíso, ni al infiero, llegue a una zona neutral.

Y ahí esta Dios y Satanás, en el mismo sitio pero distantes, el padre y el hijo que se negó a ser inferior al padre, pero, ¿por qué están los dos aquí? Pregunte para mi adentros, sin darme cuenta que donde estaba no tenia intimida mental, que mis pensamientos en este lugar eran tan transparente como el agua, entonces Satanás tomo la palabra para tratar nuevamente de ser mejor o mas rápido que el padre.

-Satanás: Estas aquí por que no tienes meritos suficientes para estar en el infierno, te hace falta un pecado para lograrlo.

-Dios: Estas aquí por que hiciste obras buenas pero no la suficientes para entrar al paraíso, has negado mi nombre en algunas ocasiones, has maldecido tu existencia en mi fe y me has dado la espalda un par de veces.

-Satanás: Estas aquí por que no cometiste pegados graves, como aquellos que van directo al infierno, pero cometiste uno que casi te da la entrada, pero no como victima si no como verdugo del infierno, lastima que hallas hecho tantas cosas buenas, si no serias mi socio ideal.

-Dios: Peleaste muchas veces conmigo, por mis decisiones, por mis razones, por que creías que lo que algunas veces te pasaba no era justo y pensabas que no te quería por quitarte del camino cosas y personas que tu creías no debían ser, estas aquí, por que dudaste de mi palabra, estas aquí por que ayudaste a muchos, pero no lo suficiente, estas aquí por que muchas veces pensaste en los demás antes que en ti, por que muchas veces primo la vida de los demás que la tuya propia, eso merece un par de alas, pero las quitaste al maldecir mi nombre.

-Carlos: ¿Entonces que pasara conmigo?

-Satanás: Eres un caso especial, hemos decidido darte la oportunidad que escojas a que sitio te iras, si deseas entrar al cielo como un borrego o si deseas ser parte del mando del infierno.

-Dios: estas aquí para decidir entre el paraíso lleno de comodidades o la pestilencia del infierno.

Durante un tiempo medite la idea, sabiendo que mis dos anfitriones sabían lo que por mi mente cruzaba, pensé y pensé, por que en realidad ninguno de estos dos sitios me ha gustado, por que el cielo no puede ser tan bueno y el infierno tan malo, pensé en lo que sería después de mi elección, pensé, que podría vivir en un sitio tan blanco y tan puro que al final me aburriría eternamente, pensé en el infierno, un sitio lleno de dolor y tristeza, pero con placeres mundanos que con facilidad tentarían al mas fiel de los fieles, pensé, pensé y llegue a esta conclusión.

-Carlos: ¿Puedo escoger cualquier sitio para quedarme?

-Dios: Si.

-Carlos: Entonces, quiero volver a la tierra, dame la oportunidad de volver a nacer, de volver a pecar, de volver a hacer las cosas bien, dame ese paraíso, dame ese infierno, dame la oportunidad de vivir en medio de ustedes dos, dame la oportunidad de volver a hacerlo bien, de volver ha hacerlo mal.

-Satanás: Comprende que no puedes volver a nacer en el mismo cuerpo ni en el mismo lugar, que no tendrás a tu familia, ni a tus amigos, ni tus recuerdos, ni tus conocimientos.

-Dios: No tendrás nada, serás de nuevo un niño, tendrás que volver a aprender a caminar, hablar, escribir, amar, peder, ganar, sentir, no tendrás experiencia, empezaras de nuevo.

-Satanás: En el infierno te ofrezco un lugar donde tu podrás mandar y hacer lo que te plazca.

-Dios: Te ofrezco la pureza del cielo, los placeres del alma, la vida y gloria infinita.

-Carlos: Prefiero que me envíen de nuevo a la tierra, sin experiencia, sin conocimiento, sin saber en donde estoy, sin saber quien soy y con la libre oportunidad de volver a empezar sin saber que hice en mi anterior vida, pero solo pido una cosa a cambio de poder volver a vivir en la tierra, en ese lugar mundano que para mi se transforma en un paraíso al ver amanecer, al sentir la lluvia recorrer mi cuerpo, al sentir la suavidad de los pétalos de la rosa luego de haberme pinchado con las espinas, sentir bajo mis pies descalzos el placer de pisar la hierva, de sentir el prado metiéndose entre mis dedos, ese paraíso que nace con las estrellas en una noche verano, esas estrellas mostrándome lo infinitamente pequeño que soy, demostrándome que por muy grande que llegue a ser en esta vida, siempre seré pequeño para el universo pero grande para muchas personas, solo quiero mi paraíso, ese paraíso de placeres mundanos llamado tierra.

Dios y Satanás movieron sus cabezas dándome su aprobación,

-Dios: ¿que deseas que te demos?

-Carlos: Lo mas grande que me dieron en mi vida pasada, quiero que me den a mis Ángeles de la Guarda, esos Ángeles que junto a mi padre me enseñaron y me guiaron en mi vida, quiero a mis Ángeles.

-Satanás: ¿De que Ángeles hablas?

-Dios: Esta bien, tendrás tus Ángeles, pero tal vez pase mucho tiempo antes de que tu nueva conciencia se de cuenta que eran ellos los que enviamos desde un principio.

Fue así, como después de muerto, Satanás y Dios me dieron mi paraíso elegido, mi lugar donde quiero vivir una y otras vez, cumplieron su palabra, llegue de nuevo a este mundo, sin experiencia, sin conocimiento, pero con mis Ángeles, nací de nuevo con mis Madres.

Tal vez en este mundo este privado de muchas cosas, de muchas placeres, de muchas sensaciones, pero por encima de eso, tengo la suerte de tener Ángeles en cuerpos de mujer, Ángeles que llevan nombres distintos pero que las llamo y siento igual, Ángeles sin alas, Ángeles de mi guarda, Ángeles de mis pecados, Ángeles de mis sueños, Ángeles que velan mis enfermedades, Ángeles, que prefieren servir primero la mesa para mi, antes de ellas comer, Ángeles sin aureola, pero con la luz de sus ojos para guiar mis caminos, algunas veces bien, algunas veces mal, pero siempre con el firme deseo de darme lo mejor para mi, Ángeles que se trasnochas esperando verme llegar a la madrugada después de alguna fiesta.

Dios nos bendice a todos con estos Ángeles, a algunos mas tiempo que a otros, pero la bendición que Dios me ha dado es mas grande aun, pues, me dio la alegría de tener dos madres desde pequeño, dos Ángeles preocupadas por mi, pero ahora, Dios en su infinita grandeza me premia de nuevo, y me da la felicidad de poder contar con una nueva madre, con un nuevo Ángel, por que Dios me a bendecido permitiéndome sentirla a usted doña Gladys como mi madre, como una madre mas, esta no es la primera vez que se lo digo, ni será la ultima, pero, usted, es para mi tercera madre, mi tercer Ángel, no solo por haberle dado la vida a la mujer que mas amo, si no por permitirme entrar en su vida, por dejarme sentar a su lado ha hablar, por darme concejos cuando los he necesitado, por darme alegría, por permitirme ingresar en su vida, en su casa y en su familia, por darme su confianza, por darme la oportunidad de sentir en cada abrazo que le doy la alegría de abrazar un ángel, por demostrarme que aunque traicioné Dios una vez, este me ama tanto como para darme la oportunidad de tener una nueva madre, un nuevo ángel, por que en cada abrazo que usted me permite darle siento el calor de una familia, por que cuando llego a su casa, su sonrisa hace que todo se ilumine y su casa brilla, por que cualquier lugar donde usted llegue es un hogar por su presencia.

Desperté de mi sueño, no he muerto, tengo mi experiencia, mi conocimiento, se hablar y caminar, no he vuelto a nacer, sigo siendo quien soy en mi paraíso, el paraíso custodiado por mis madres.

Gracias por ser parte de mi vida, gracias por dejarme pertenecer a su familia, gracias por alegrar mi vida con sus palabras, gracias por ser mi ángel, gracias por se mi madre.


Atentamente,



Aquel que se toma la atribución de llamarse hijo suyo, Carlos Muñoz.
La quiero mucho.

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